SUBIDA AL MONTE SAN CRISTOBAL

Un año más participamos en la marcha a San Cristóbal organizada por la sección de montaña del club Anaitasuna. Este año, con la incertidumbre de que al no haber comenzado aún el curso, no sabíamos cuántas personas acudirían.

Quedamos a las 8 en la plaza del ayuntamiento. Poco a poco fue llegando la gente. En la penumbra del amanecer, caras de sueño y tímidas sonrisas. Para algunos fue la ocasión del reencuentro tras el verano.

A diferencia del año pasado, amaneció un día espléndido que prometía un sol radiante, aunque sin excesivo calor.

Nos juntamos unas 30 personas, entre técnicas, voluntarios y voluntarias, menores y familiares. Tras una breve dinámica de presentación dirigida por Naiara, salimos junto con el resto de participantes al ritmo de txistus y tamboriles.

Naiara organizó el grupo: por delante, Alfredo, Álvaro e Iñaki. Amadou por detrás cerrando la marcha. En medio, Naiara, Johanna, Alfredo M. e Itziar y alguna más que seguro se me escapa acompañando a las y los menores y familiares. Nos pusimos un pañuelo rojo al brazo y nuestro nombre en la solapa para facilitar la identificación del grupo.

Enseguida Alfredo tomó el mando del grupo, marcando el ritmo, indicando las paradas y dando instrucciones.

Una breve parada en Artica para quitarse un poco ropa –empezaba a calentar el sol- y beber un poco de agua, justo antes de que se empinara el camino.

Un poco más arriba se nos unió Mustapha.

Maria José nos dejó a mitad de subida, pero prometió que volvería con fuerzas el año que viene.

A poco de llegar arriba, en la parte más empinada del camino, algunas personas decidieron terminar la subida por la carretera y el resto, tratando de seguir el ritmo de Alfredo, subimos por la empinada cuesta final.

Arriba, caras de esfuerzo y alegría por haber llegado a meta. Tras dar buena cuenta del kit de comida proporcionado por la organización, y las fotos de rigor, iniciamos la bajada. La mitad, por carretera, luego por camino hasta el pueblo de Artica, siempre siguiendo las indicaciones de Alfredo, y estando atentos a que no se perdiera nadie.

Todos y todas en grupo, llegamos al ayuntamiento hacia la 1.40 del mediodía, a tiempo para recoger el obsequio de la organización. Tras una breve despedida nos marchamos a nuestras casas a recuperarnos con un merecido descanso.

Crónica de Iñaki Sanchez. Voluntario Asociación SEI