@Fotos Mustapha Hidane
El pasado sábado 3 de febrero dimos un paso más en la formación de las voluntarias y los voluntarios del SEI.
Se realizó una formación teórico-práctica sobre los grupos y sus dinámicas, el día a día de las actividades del SEI. La primera parte del taller la impartieron Mar Laparra y Jennifer Picón, estudiantes del grado en Animación Socio-Cultural de la Escuela de Educadoras y Educadores. Se abordó desde un prisma teórico la definición de grupo, sus etapas de evolución y los diferentes elementos que determinan de manera no excluyente sus diferentes comportamientos.
Pudimos analizar nuestras propias emociones a través del cuestionario: “Cuando entras en un grupo nuevo ¿Cuál es tu reacción?” Nuestras respuestas encuadran nuestras emociones en diferentes perfiles: acompañante o competitivo; éstas se pueden dar entre las chavalas y los chavales del SEI. Gestionar las emociones será parte de la labor del voluntariado en nuestra organización.
En palabras de las formadoras: “obviar lo que sentimos nos aleja de lo que necesitamos, expresar nuestra vulnerabilidad puede ayudarnos a resolver una situación conflictiva, humanizamos lo que ocurre y conectamos con el lado humano de la otra persona. De lo humano, entendemos todos”.
Nosotras como monitoras, tenemos la responsabilidad de proyectar emociones positivas, ya que las emociones, como la risa, se contagian. La gestión positiva de las emociones logrará mejorar la productividad, aumentar la cohesión grupal y sobretodo reducir la sensación de soledad al aportar acompañamiento dentro del grupo.
Dentro de las emociones, se dedicó un capítulo aparte en la formación a la gestión de la presión grupal, que mezclada con sentimientos de tristeza, frustración o nostalgia puede llegar, en algunos casos, a la paralización del grupo. Será labor de todas lograr la motivación de cada persona, joven o voluntario, buscar y trabajar esa motivación ya sea con factores internos o externos dependiendo de qué queramos conseguir y fortalecer en cada situación.
Como se dijo en el rico debate que suscitó esta presentación teórica: “la palabra convence y el ejemplo arrastra”, así que nos pusimos manos a la obra con la parte práctica, como segunda parte del taller planteada por Oskia Azkárate y Vanesa Goñi, trabajadoras del SEI.
Primero ejemplificamos maneras de vincularnos, aportando después nuestras reflexiones sobre lo que pueden significar en cada una de las integrantes y en el conjunto del grupo. Vinculamos por rechazo, vinculamos con exclusión, vinculamos de manera diversa… y tras vincular a cada miembro, comprobamos que la unión de un grupo da algo más que la suma de sus integrantes. En cuestión de grupos, 1 + 1 es igual a 3.
Para concluir la formación práctica, se representó una situación cotidiana que podría darse en una de las clases que tenemos semanalmente, donde realizamos un Roll-Playing con papeles de jóvenes del SEI y otras de voluntariado. Los grupos de observadoras centramos nuestra atención en las emociones particulares de los componentes del grupo, otros se concentraron en valorar la emoción grupal y el ambiente de la clase y un tercer grupo analizó los roles que se desarrollaban en el aula.
Guiados por preguntas de Oskia y Vanesa comentamos y valoramos la situación, las incertidumbres o retos a los que a diario nos enfrentamos y posibles maneras de resolver o al menos afrontar las posibles dudas que nos surgen como voluntariado y en esos momentos responsables del grupo.
Vimos como las emociones y la carga personal de cada una aportarán soluciones y que todas pueden tener validez si parten de la empatía y responden a las preguntas ¿Qué me gustaría que me dijeran? ¿Cómo me gustaría que me trataran en esta situación? No hay una única respuesta para cada caso y cada situación, pueden ser resueltas de manera distinta. Será nuestra mirada hacia las otras personas la que nos dé la pista de cómo podemos tender mejor la mano.
Para concluir, algunas de las voluntarias compartimos una comida para poner el broche final a la fría mañana de invierno. La formación sigue siendo una constante en las prioridades del SEI, para que los y las voluntarias continuemos, lo mejor posible, con la labor de acompañamiento a la juventud.
Texto @Ángela Diez Torres | Voluntaria SEI